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¡He visto algo raro en el cielo! ¿Qué puede ser?

El cielo ofrece muchas sorpresas naturales y artificiales. En cualquier noche despejada pueden verse mucho más que estrellas. (o incluso de día). Si has visto algo que te haya sorprendido consulta esta guía para intentar identificarlo, antes de desistir y catalogarlo como un OVNI (Objeto Volador No Identificado), lo que significa simplemente que no hemos sabido decir lo que es.

En estos párrafos, la palabra "objeto" designa aquello que hayamos podido ver en el cielo. 


¿Está realmente el objeto "en el cielo"?

Recordemos que nuestra vista no es capaz de percibir las distancias o alturas en el cielo, de modo que es muy difícil apreciar si el objeto vuela alto o bajo. De hecho, en cualquier noche estrellada, vemos igualmente planetas que están a pocos millones de Km que estrellas que están a 10, a 100, o a 1000 años luz. Nuestra vista no lo distingue, pues carece de referencias. (Tampoco lo distinguen en principio unos prismáticos o telescopio,  a menos que se utilicen determinadas técnicas).

Así, un avión que vuela a sólo unos miles de metros, puede aparecer igual que un satélite artificial a cientos de Km de altura. Y un objeto más pequeño y más cercano, puede tener la misma apariencia que un objeto más grande y más lejano. 

Pensemos también que, aunque en la superficie nos parezca que no hay viento, sí puede haberlo a mayor altura en la atmósfera. Debido a esto, un pequeño objeto (de plástico, papel, etc) arrastrado por el viento a unas decenas de metros de altura, e iluminado por el alumbrado circundante o la contaminación lumínica, puede ofrecer el mismo aspecto que tendría un objeto más grande en vuelo mucho más alto. Es decir, no todo lo que tiene el cielo como "telón de fondo" está realmente "en el cielo". 

El movimiento nos puede dar pistas. Como regla general, cuanto más rápido aparenta moverse, más cerca de nosotros estará probablemente el objeto. Algo que parece desplazarse muy rápidamente, nunca puede estar a demasiada distancia. Pensemos en un coche que pasa rápidamente por nuestro lado, comparado con un coche al que seguimos con la vista durante largo tiempo mientras recorre una carretera a lo lejos.

Así, por ejemplo un avión cruza el cielo en pocos segundos (está cerca de la superficie de la Tierra); la Estación Espacial lo cruza en unos minutos (está más lejos); la Luna necesita horas para que apreciemos un pequeño desplazamiento respecto a las estrellas de fondo; etc. Un planeta, cometa, u objeto más lejano nunca se desplazará "rápido" (ni apreciablemente) ante nuestra vista.

 


¿Se mueve realmente el objeto?

Nuestra vista está diseñada para la visión terrestre y diurna, de modo que la visión nocturna y hacia el cielo constituye una experiencia con la que estamos poco familiarizados. Y la percepción en situaciones no habituales, no funciona igual que la percepción en situaciones cotidianas.

Es por ello que debemos asegurarnos de si realmente el objeto que vemos se mueve, sobre todo si lo vemos en un cielo con nubes y claros. Por efecto óptico y perceptivo, al carecer de referencias en el cielo, es corriente percibir que "una estrella se mueve" cuando en realidad lo que se mueve son las nubes. Si nos parece que "todas las luces se mueven a la vez", lo más probable es que lo que se mueve sea nuestro punto de referencia. 

Tampoco sirve tomar como referencia un objeto cercano: un árbol, un poste, la pared de un edificio, etc. ya que cualquier pequeño movimiento que hagamos nosotros (o los músculos de nuestra cabeza, ojos, etc) respecto al punto de referencia distorsionaría la observación y produciría una falsa ilusión de movimiento del objeto. Debemos por tanto tomar como referencia otras estrellas, o un punto fijo y lejano del horizonte.

Los mecanismos por los que percibimos la realidad son muy complejos. A veces pensamos que nuestro ojo es como una cámara de vídeo, pero la percepción consiste en una complicada interacción entre los órganos sensoriales y el cerebro. Por eso existen las llamadas ilusiones ópticas, de las que en internet se pueden encontrar muchas y muy divertidas, que nos enseñan mucho sobre cómo funciona nuestra percepción.

Después de verificar lo indicado en los párrafos anteriores, puedes comprobar si el objeto que has visto se ajusta a alguna de estas descripciones. 


"Estrella" que (casi) no se mueve pero es más brillante de lo habitual.

Probablemente se trate del planeta Venus, visible en el crepúsculo (lucero del amanecer o del atardecer), a veces incluso en el cielo azul, a plena luz del día, por la mañana o por la tarde. Venus siempre sorprende por su brillo. Es el objeto más brillante del cielo después del Sol y la Luna.

También pudiera tratarse de los planetas Júpiter, Saturno o Marte, que no brillan tanto como Venus pero sí normalmente más que las estrellas. A veces Mercurio también es visible en el cielo crepuscular. 

Alguna estrella brillante como Sirio también puede llamar nuestra atención, ya que debido a la refracción de su luz en nuestra atmósfera, puede aparecer con irisaciones de colores. 

Si se trata de un planeta o de una estrella, lo veremos, con el paso de las horas, desplazarse poco a poco de Este a Oeste  (como el Sol y todos los astros) debido a la rotación de la Tierra. Quizá en una media hora pueda apreciarse ya este movimiento, si se toman puntos de referencia en tierra.

Ninguno de los planetas figura en los mapas estelares o planisferios, ya que con el tiempo (semanas, meses) se mueven en su órbita y así cambian de posición respecto a las constelaciones de fondo. Para saber de qué astro se trata, puedes consultar una guía del cielo del año en curso, usar un software "tipo planetario", etc. para saber cómo se ve el cielo en un momento y lugar determinado.


"Estrella" (débil o brillante) que se mueve lentamente.

Una vez que nos hemos asegurado de que realmente el objeto se mueve (como se indica al principio de esta guía), lo más frecuente es que se trate de un satélite artificial (de comunicaciones, meteorológico, etc). En cualquier noche despejada pueden verse muchos, ya que la Tierra está rodeada de ellos. La mayoría orbitan a alturas de unos cientos de Km. La luz con que los vemos es reflejada del Sol (pues aunque para nosotros en tierra sea ya de noche, "allí arriba" aún da el Sol). Por eso a veces "desaparecen", cuando se meten en la sombra de la Tierra y ya no les da el Sol.

Se distingue de un avión en que lo vemos moverse más despacio, más cuanto más lejos esté, y no tiene luces que parpadean. Con unos prismáticos no veremos en el satélite nada más que un punto, debido a la distancia a la que se encuentra (al contrario que el avión que podrá verse más grande o con sus luces más separadas).

Tampoco hay que confundirlo con una estrella fugaz , pues ésta sólo dura unos instantes.

Si además brilla bastante (más que la mayoría de las estrellas), es probable que sea la Estación Espacial Internacional (ISS), misión tripulada que orbita permanentemente a la Tierra a unos 400 Km de altura. Este "punto brillante" cruzará todo el cielo en tres o cuatro minutos. Su luz también es reflejada del Sol. 

Hace años era fácilmente visible del mismo modo la estación rusa MIR.

La ISS da unas 15 vueltas a la Tierra cada día y se ve con frecuencia después de anochecer o antes de amanecer, de modo que es fácil verla si sabemos cuándo y dónde. En la web Heavens-Above puedes informarte de cuándo es visible desde tu lugar. Señalemos que no lleva ninguna propulsión; simplemente gira en órbita, como la Luna en torno a la Tierra (aunque mucho más cerca).


Una fila de puntos brillantes que se mueven a la vez, como si fuera un "tren".

Se ven últimamente a menudo, desde que se empezaron a lanzar en 2019. Son los satélites artificiales Starlink, lanzados por la compañía aeroespacial Space X, y destinados a llevar cobertura de internet a todo el mundo. Hay abundante información sobre ellos en la prensa, por ejemplo aquí


Objeto en movimiento, muy rápido, como un trazo en el cielo que después desaparece.

Se trata de un meteoro o estrella fugaz: una pequeña partícula de material, de pocos milímetros de tamaño, que viaja por el espacio y que al encontrarse con la atmósfera de la Tierra, se quema por la fricción y produce un trazo luminoso. Hay noches en el año en que se ven más estrellas fugaces (por ejemplo las Perseidas, 11-13 de agosto y otras lluvias de meteoros), pero en cualquier noche despejada si observamos durante un rato también es probable que veamos alguna.

Su aspecto es muy variado. Pueden brillar mucho o poco. Su trayectoria puede ser corta o larga. Algunas pueden dejar una estela que persiste unos instantes y otras no. Normalmente son bastante rápidas (¡desaparecen antes de que nos dé tiempo a decirlo!) pero también las hay lentas, que pueden durar varios segundos. En ocasiones pueden mostrar algún color.

Las estrellas fugaces grandes se llaman bólidos (corresponden a una "piedra" de quizá unos centímetros) y pueden ser espectaculares por su brillo y su estela. Algunas pueden fragmentarse durante su trayectoria, presentar destellos o pequeñas explosiones, hacer ruido o dejar un rastro de humo. A veces pueden brillar lo suficiente como para verse detrás de las nubes, y entonces veremos éstas iluminarse al trasluz unos instantes. También pueden ser visibles incluso de día.

Si algún fragmento llega a caer a tierra, se llama meteorito. Cada día caen en la Tierra toneladas de meteoritos de tamaño microscópico y mayores, aunque es muy difícil encontrar uno.


¿Y no podría ser un cometa?.

Un objeto que pasa rápidamente ante nuestros ojos no es un cometa. Éstos, cuando se acercan a la Tierra lo suficiente, se ven durante semanas o meses, y en un día no se desplazan apreciablemente respecto de las estrellas de fondo. Junto con éstas, los vemos salir por el Este y ponerse por el Oeste cada noche, debido a la rotación de la Tierra.

Desde luego que el cometa viaja a gran velocidad por el espacio, pero al encontrarse a millones de Km de nosotros, este movimiento sólo lo apreciamos a lo largo de los días.

Cada año es corriente ver varios cometas, con telescopios o prismáticos, y a veces a simple vista como una débil "estrella borrosa". Rara vez alguno se acerca a "sólo" unas decenas de millones de Km de la Tierra, y entonces nos muestra su espectacular cola durante días o semanas.

Eso sí, las partículas de material que deja el cometa a su paso, al encontrarse con la Tierra se convierten en estrellas fugaces o meteoros.


Objeto que parpadea o que cambia la dirección de su movimiento.

Casi todos hemos visto un avión de día, pero quizá no nos sea tan familiar su aspecto de noche. La estela de los reactores no suele verse en la oscuridad, así que los identificaremos como un objeto que se mueve despacio, con luces que parpadean, y quizá cambie la dirección de su movimiento al cambiar de rumbo. Unos prismáticos nos sacarán de dudas, pues lo veremos más grande o al menos con las luces más separadas. 


Objeto que aumenta o disminuye de brillo durante un rato, pero no (o apenas) se mueve.

Puede tratarse de un avión que viene de frente (o que se aleja), justo en la dirección de nuestra visual. De este modo no percibiremos su movimiento, aunque sí lo veremos aumentar de brillo (si se acerca) o disminuir (si se aleja).

También puede "empezar a moverse" en un momento dado si cambia de rumbo.


Destello repentino que dura pocos segundos y se desvanece.

Hay varias posibilidades:

  • Puede ser un meteoro o estrella fugaz que viene justo de frente, con lo cual no vemos la longitud de su trazo sino sólo un destello.
  • También puede tratarse (y será lo más frecuente) de un satélite artificial de tipo "Iridium" (ver apartado anterior), que tienen unos paneles solares que reflejan la luz, de modo que cuando los paneles apuntan hacia el observador, como si fuera un espejo, vemos un destello que dura unos instantes. En ese momento su brillo puede ser superior al de cualquier estrella o planeta que veamos. Como el artefacto va girando, después de un momento los paneles ya no apuntarán hacia nosotros, con lo cual el satélite ya no será visible por no reflejar luz.

En la web Heavens-Above puedes informarte de cuándo es visible algún "Iridium" desde tu lugar. Casi todas las noches puede verse alguno.


Por el día, mancha luminosa casi como "otro Sol".

Se trata de un parhelio, curioso fenómeno causado por la refracción de los rayos solares. Tenemos un artículo específico sobre este fenómeno en el que hay fotografías realizadas por nosotros mismos.


Objeto grande, redondo y brillante que se desplaza en distintas direcciones.

Hay distintos objetos de este tipo que no son fenómenos astronómicos, sino más bien atmosféricos. La electricidad proveniente de las tormentas puede formar masas de aire ionizado llamadas centellas o rayos redondos. Suelen ser esféricos aunque también a veces cilíndricos o en forma de ovoide, muy brillantes y con distintas coloraciones. Debido a su carga eléctrica se mueven casi como si fueran seres animados, cambiando de dirección y de velocidad, ya por el aire, ya por el suelo.

También la electricidad de los cables de alta tensión puede dar lugar a un efecto similar, produciendo bolas o discos de aire ionizado en movimiento, llamados coronas.


Objetos de otras características.

Estos son otros fenómenos a tener en cuenta:

  • El Sol o Luna que al salir o ponerse pueden adoptar formas aplanadas (discos) o verticales (pilares) causadas por la refracción y reflexión atmosféricas, no identificándose fácilmente; también pueden aparecer formas duplicadas, ovaladas, partidas en dos, etc. de colores rojos, anaranjados o amarillos.
  • Podemos ser testigos del rayo verde (el último rayo del Sol poniente es verde. Se ve con relativa frecuencia en horizonte de mar y cielo muy despejado).
  • Los planetas brillantes como Júpiter o Venus también pueden refractarse y reflejarse cuando se encuentran a ras del horizonte.
  • Halos, coronas, arcos parhélicos, fragmentos de arco iris y otros fenómenos luminosos de refracción solar, similares a los parhelios.
  • Nubes noctilucentes, situadas a gran altura en la estratosfera, que de noche reflejan la luz del Sol cuando éste se encuentra bajo el horizonte.
  • Auroras boreales / australes que muestran formas de colores que se mueven en el cielo, como consecuencia de la actividad solar.
  • Espejismos debidos a la refracción o reflexión de imágenes en capas atmosféricas frías y calientes.
  • Fuegos fatuos causados por la liberación de gas metano en pantanos o marismas.
  • "Fuegos de San Telmo" habituales en el mar por ionización del aire (también visibles en tierra o desde aviones).
  • Haces de luz  de ciudades, de automóviles, de un faro, de proyectores luminosos para fiestas, etc. situados a cierta distancia, no visibles directamente, pero cuya luz nos llega reflejada o refractada en las nubes y la atmósfera.
  • Aunque parezca increíble, los pájaros iluminados desde abajo por la contaminación lumínica pueden ofrecer aspectos sorprendentes. Recordemos que nuestra vista no distingue a qué altura o distancia vuela el objeto.
  • Balizas luminosas para el tráfico aéreo en la cima de una montaña (o también luces de antenas, etc), pues en la oscuridad no se ve la montaña y la baliza aparenta estar suspendida en el aire. 
  • Cohetes meteorológicos o el brillo de las nubes de sodio expulsadas por ellos.
  • Otros artefactos como globos-sonda o radiosondas, blancos aéreos para radar, etc.

Objetos observados en fotografía o vídeo:

Si el objeto no se observó directamente sino que se trata de una fotografía o vídeo, entonces muchos más factores entran en juego: luz, distancia, movimiento de la cámara o del objeto, apertura, sensibilidad de la película/chip, lente utilizada, etc. La fotografía astronómica requiere técnicas especiales para que salga bien. Si tomamos simplemente una foto a pulso con nuestras cámara de bolsillo, lo que obtendremos no se parecerá mucho a la realidad.

Lo primero: la cámara ha de estar firmemente asentada en un trípode o soporte. Si no, el movimiento del pulso hará imposible distinguir con claridad el objeto en la imagen. Además, hay que tener en cuenta las reflexiones o refracciones en los elementos ópticos (lentes, espejos, diafragmas), efectos de difracción, distancia de enfoque y profundidad de campo. Por ejemplo, las imágenes fuera de foco (lo que con frecuencia ocurre en las cámaras con "zoom") adoptan distintas formas que no tienen que ver con la forma real del objeto observado, sino más bien con la forma de los elementos ópticos: lentes, espejos, diafragmas, etc. de la cámara o instrumental utilizado. 

Por otra parte hay que considerar los posibles defectos (rayones, manchas, partículas...) en la lente o en los elementos ópticos, o también en el negativo/chip. Asimismo, hay que tener en cuenta posibles fallos en el revelado/procesado de las imágenes, y saber cómo se ha hecho este proceso. Por ejemplo, en fotografía digital, es corriente que aparezcan "píxeles calientes"; y en fotografía astronómica, sobre todo de larga exposición, pueden detectarse rayos cósmicos (partículas cargadas procedentes del espacio que llegan continuamente; son inocuas) que al golpear el chip se manifestarán como pequeños puntos en la imagen. 

Por todo esto, lo más deseable sería tener más de una imagen del objeto, a ser posible obtenidas con cámaras diferentes. 


Consideremos también los siguientes comentarios:

  • Hay que tener en cuenta que la sombra de la Tierra tiene forma de cono, por lo cual, si bien para el observador en tierra es de noche, para un objeto artificial en la alta atmósfera puede ser de día, por lo que el objeto podrá reflejar luz y brillar.
  • Diversos objetos astronómicos o no, vistos en circunstancias poco habituales, nos pueden extrañar (fuentes luminosas situadas tras el horizonte, etc).
  • Por supuesto siempre que la observación se realice a través de un cristal, ventana, etc. habrá que considerar los posibles reflejos en el mismo, procedentes de fuentes luminosas situadas detrás del observador.
  • Por otra parte, no deben tomarse testimonios "de segunda mano", sino narrados directamente por la persona que los observó, ya que la transmisión puede distorsionar involuntariamente la información. Además es mucho mejor que los testimonios sean recientes, ya que nuestra memoria no es como una cámara fotográfica, sino que es plástica y cambia con el tiempo.